Friday, December 23, 2005




Blanco

La transparencia de los sentidos.
Cada nuevo comienzo viene del final de otro comienzo.
Hacia la distancia, en círculos y espirales,
el invierno y sus castillos de hielo. Esculturas
frente al lago; la luna calla, congelada.
Caminamos hacia las montañas: Jean-Francois, mi
yo alterno, desdoblado en el futuro de mi posibilidad.
Los sonidos del bosque, los animales salvajes, los
miedos a la naturaleza tintinean al oído.
Me revuelvo en una gota de sol, en un racimo de cristal;
luego, me miro y te recuerdo, sollozo, callo.
Luminiscencia glacial; la huella del hombre petrificada
en la sonrisa de la luz.
Cae lentamente. Siglos pasan y seguimos aquí, de
pie.
Caemos nuevamente; y si de repente…
Ya casi oscurece. Volvemos caminando hacia el Hostal,
platicando sobre los posibles tiempos que vendrán.
Algún día, acaso en Lake Louise, en tu cabaña de retiro, o
en Maruata, mi rincón de mar, nos veremos de nuevo y,
manos unidas por el ritmo de los sueños, tocaremos el
djeembe.
Cae la luz; caen los sueños; caes tú.