Thursday, January 12, 2006


Lo que vemos

¿Viajar? Para viajar basta con existir. Voy de día en día, como de estación en estación, en el tren de mi cuerpo, o de mi destino, inclinado sobre las calles y las plazas, sobre los gestos y los rostros, siempre iguales y siempre diferentes, como son, al final, los paisajes.
Cuando imagino, viajo. ¿Qué otra cosa hago yo cuando viajo? Sólo la debilidad extrema de la imaginación justifica que uno tenga que trasladarse para poder sentir.
La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.
Fernado Pessoa. Libro del desasosiego

El viaje verdadero, el auténtico, está en la imaginación. Puedes correr y correr, deambular de un sitio a otro pero, a final de cuentas, jamás escaparás de ti mismo. El otro lugar siempre está asociado con el aquí. En la búsqueda de esa orilla, de ese rincón alejado, recóndito y maravilloso que llamamos el allá, perdemos el estado de conciencia del aquí, el presente mágico que brinda la libertad de decir: existo. Y si existo entonces puedo viajar, moverme de un punto a otro sin ni siquiera desplazarme. Kertesz habla de cómo el escape último, el más maravilloso, está en la literatura, impresión escrita de la imaginación. Pero no sólo en la sublimación artística de los sentidos se da la transformación de la conciencia. También en el arte de la vida diaria, según Nietzsche, en la acción voluntaria y precisa de todas las acciones que uno ha de desarrollar durante el día.
Si viajo es porque no he logrado encontrarme, porque la búsqueda se ha vuelto un tanto ciega, al punto de dejar de contemplar los pequeños detalles de la cama donde duermo, la mesa donde desayuno y las banquetas por las que camino. Ando de un punto a otro buscando la sorpresa, la maravilla y el asombro sin percatarme que el asombro está en el interior, en el rincón oculto del flujo incesante de la humanidad dentro de la humanidad misma. Ir sin ir es la mejor forma de ir: flujo budista de la contemplación.
Así, me voy pero me quedo, vuelvo porque quiero irme, me quedo para saber irme. Y me atrevo a decirlo, de nuevo: la mejor forma de irse es saber quedarse.

5 comments:

La-Roc said...

Hola!
Primeramente deseo saludarte desde mi amada patria, Puerto Rico. Realmene no sé a ciencia cierta como di con tu BLOG, sería que comentaste en algún otro y de esa manera .... bueno quien sabe.

Me gusta la forma en la cual escribes y es cierto la vida es un viaje.

Exito, porque en la suerte no creo.!!

Ya estaré nuevamente visitándote.

Diana L. Caffaratti said...

Hablando con mis alumnos de la escuela secundaria sobre el valor de la lectura y el vuelo de la imaginación, nos propusimos un ejercicio: Leeríamos "El nombre de la Rosa"(Humberto Eco) la mitad del curso; la otra mitad, primero vería la película homónima y luego leería el libro. Unos de los ejercicios, era que inspirados por la lectura o por la película, abrían de hacer algo novedoso. EL resultado fue, que quienes vieron la película, no fueron capaces de elaborar nada novedoso. Por el contrario, quiénes sólo la leyeron, fueron capaces de recrear una discusión desde las posturas religiosas enfrentadas entre franciscanos y benedictinos,imitar sus vestimentas, dramatizar un momento en el scriptorium sin copiar a la novela, hacer una exposición de libros policiales y hablar acerca de las particularidades de sus personajes según los autores,investigar acerca de la situación de la mujer en la época que se desarrolla la historia, y ver la posición de la Iglesia actual acerca de su Inquisición.
Con certeza discurres en el artículo por el que estoy haciendo este comentario.
Particularmente, también, me agradaría conocer lugares luego de imaginarlos para enriquecerme con la comparación.

DaViD CaNo said...

Aloha:

Puede sonar redundante pero tripeante manera de ver el viaje,
pero el camino donde queda, pues como dice el flaco de oro de los argentinos,Fito Paez "lo importante no es llegar, lo importante es el camino"
Saludos

Seguiré on the road muy a la Kerouac.

Unknown said...

Estoy de acuerdo contigo cuando dices que no hay mejor viaje que el de la imaginación y el que nos lleva hasta el territorio desconocido en que a veces puede converirse nuestra propia persona. Aun así a mi me encanta viajar. Casi puedo afirmar que sólo viviría para viajar y leer (otra forma de viajar). Y es que viajar y observar a otros nos ayuda a descubrir en nosotros facetas que quizás desconociamos aparte de darnos una de las mejores satisfacciones. Cuando estoy lejos, muero por volver a mi hogar con los mios. Cuando llevo días sin marchar, muero por descubrir otros mundos.

Jean Pierre Frederick said...

Buen Blog, saludos desde Chile.